“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

lunes, 27 de diciembre de 2021

¿Rocafort?

Hace algunos días, volvía del trabajo, y con un poco de suerte, había encontrado un asiento libre en el vagón que me tocó en suerte.

Cuando se cerraban las puertas en Rocafort, una chica joven entró apurada, quedando casi fuera.

Se vio que, por unos segundos, respiraba profundamente para recuperar el aliento mientras rebuscaba en su gran bolso.

Del mismo extrajo un libro, que no tardé en identificar como una Biblia. Eso hizo que me fijara más en ella, y pude advertir que inequívocamente su origen era sudamericano. Tampoco es algo extraño. Es habitual ver sudamericanos, sobre todo ellas, leyendo la Palabra de Dios. Eso me hizo avergonzarme un poco, pues cuando leo en el transporte púbico jamás lo hago con la Biblia que siempre paseo en mi maletín.

No podía escuchar sus palabras, pero sí pude ver que absolutamente nadie le miraba a la cara. Hubiera sido igual que el mensaje fuera el de un vendedor, el de un mendigo o alguien cantando. Indiferencia absoluta.

Ello me hizo pensar que siendo creyente, asistiendo a la iglesia la mayoría de los domingos, reuniéndome con el grupo de jóvenes, y ayudando eventualmente en la Escuela Dominical, jamás se me hubiera ocurrido (ni atrevido) a hacer lo que hacía esta joven. En cierta forma, en el grupo de jóvenes y en la Escuela, el “auditorio” ya estaba predispuesto. Aquí, ese “auditorio” era totalmente indiferente cuando no hostil. Me preguntaba si tal osadía podía traer algún fruto o si, incluso, podía se contraproducente para la difusión del Evangelio.

Y esa hostilidad pronto se manifestó, cuando una señora increpó a la muchacha. Le dijo que le estaba molestando en su lectura, pronto se añadió una joven, diciendo que tenía que respetar las opiniones de los demás y no imponer sus creencias. Otro señor dijo algo que no llegué a entender, pero que tampoco parecía muy favorable.

La chica se veía indefensa, pues nadie salía en su ayuda. Intentó un contraataque, manifestando a los que se exponían los que rechazaban la Palabra de Dios, y las recompensas que esperaban a los que la aceptaban de corazón.

Pero aquello era imposible. Era ella contra casi una decena contra ella. No le quedó más remedio que callarse y solo le falto sacudirse el polvo de sus pies como en Mateo 10:14. Mientras, yo me sentía como si me hubiera lavado las manos como en Mateo 27:24.


domingo, 17 de enero de 2021

Pleito.

 

¿Cuál ha sido el litigio jurídico más complejo y enrevesado de la historia?

Sin duda alguna el pleito sucesorio que sostenía el individuo de Lucas 12:13,14, contra su hermano. Hasta el mismo Dios se inhibió como no competente en el caso.