“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

sábado, 31 de enero de 2009

Pertenezco a una iglesia con poca implantación en España y con miembros muy dispersos geográficamente, eso hace que prácticamente todos los esfuerzos se dediquen a mantener la comunicación, la unidad doctrinal y favorecer en la medida de lo posible la realización de actividades conjuntas.

Tal vez ello influya en que la visión que tiene mi iglesia de la Biblia es de un texto homogéneo, sin fisuras y sin apenas posibilidades de texto. De hecho se favorece el que todos empleemos en la medida de lo posible la misma versión, y eso pese a la afluencia cada vez mayor de creyentes. Y el enfoque también es uniforme, sin crítica apenas. Por ello tras aprender acerca de las maneras tan diversas en que se plasmaron los textos, los diversos idiomas en que se redactaron, la complejidad acerca de cómo funcionó la inspiración de Dios sobre los escritores, la problemática acerca de la verosimilitud de los milagros y hechos históricos descritos, las contradicciones y el modo de superarlas, me veo en la obligación de compartir todo ello con los hermanos, y para ello he de valorar los medios de los que dispongo, que no son ni pocos ni muchos.

martes, 20 de enero de 2009

La Profecía


Zwinglio, el reformador suizo, en 1.525 fundó la "Profecía", un embrión de lo que sería una facultad de Teología. En ella, predicadores, canónigos y estudiantes se reunían a las 7 de la mañana en Verano y a las 8 en invierno. Además estaba permitida la asistencia de cualquier persona interesada.

Lo que llama la atención es el desarrollo de la actividad diaria y cómo podríamos compararla con el estudio que hagamos cada uno con nuestras biblias.


Primero llegaba Zwinglio al atril y pedía la iluminación del Espíritu Santo. Se retira y sube otro. Éste abre la Biblia y lee un texto determinado en latín, o sea, según la Vulgata. Leído el capítulo, sube otra persona que lee el mismo texto en hebreo. A continuación es nuevamente relevado para que el capítulo en cuestión sea pronunciado en griego a través de la traducción clásica del Antiguo Testamento, la Septuaginta. Éste ya tiene que explicar el sentido del texto.


Luego un teólogo dice en latín lo que todo lo leído ha de ser expuesto como Palabra de Dios en los sermones. Y como remate otro teólogo, o el mismo Zwinglio, explica en alemán el texto bíblico tan a fondo tratado. Explicación dirigida sobre todo a los asistentes que no conozcan latín, hebreo o griego.


Y luego nos da pereza leer en casa un par de capítulos en nuestro idioma vernáculo.

sábado, 10 de enero de 2009

Al César lo que es del César.

Ayer mismo me encontré con un blogguero que proclamaba su tesis de que la explicación a la actual pérdida de valores es que es debida nada menos que a la Reforma protestante.
De acuerdo que en España se han perdido valores, pero la Reforma no triunfó desgraciadamente en España, las confesiones evangélicas son muy minoritarias en España y apenas tienen influencia, luego ¿cómo han podido causar tal pérdida de valores?
En vez de buscar culpables externos, más valdría que la iglesia católica se mirase en el espejo. Cuando las cosas vienen bien no tiene repara en unirse al trono, durante siglos España ha sido un estado confesional con persecución y hostilidad más o menos intensa hacia las demás confesiones, rematándolo 40 años de nacionalcatolicismo.
Ahora que se ven nubarrones en el horizonte se apela a la libertad de enseñanza, de religión, etc.Simplemente bastaría con preguntar a la generación nacida en los años 40 y que no pisan un templo salvo para bautizos, bodas y funerales. Puedo asegurar que la inmensa mayoría no han leído un sólo texto de Lutero, que la Biblia que seguramente tienen en sus casas sólo la han cogido para quitarla el polvo, y también se quejarán de la pérdida de valores, pero no le echarán las culpas al protestantismo sino a la propia iglesia católica, a la que han visto como controlaba la educación durante su infancia, como vigilaba los contenidos de la única televisión, como reprimía cualquier disidencia teológica (hasta el Concilio Vaticano II se contemplaba como una herejía)
Ahora que ha perdido poder, que no puede apelar al Estado para defender sus privilegios, que su influencia se resume en una radio y alguna que otra manifestación, que aprenda de una vez por todas que por los valores del Evangelio se lucha de otra manera. A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César.

viernes, 2 de enero de 2009

Antes yo.

Me ha la atención una antigua oración ortodoxa rusa.
Es toda una muestra de como entender la Providencia de Dios como una dispensación de favores y privilegios, en cierta forma limitada y que será para aquellos que mejor hagan su voluntada o simplemente los pidan de la manera más adecuada.

"Sea tu voluntad que este año haya rocíos y lluvias y que no lleguen hasta ti las oraciones de los caminantes, pues la lluvia es para ellos un estorbo cuando todo el mundo la necesita"

Todo un paralelo con aquellos deportistas o seguidores de deportistas, que se encomiendan al favor divino cuando un rival ha de ser vencido, eliminado, goleado o noqueado.