“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

domingo, 24 de octubre de 2010

A oscuras.

Es evidente que la iglesia cristiana desde sus comienzos no ha contado con toda su doctrina desarrollada. No tenemos más que ver como los primeros cristianos pensaban que esa misma generación iba a ver la segunda venida de Cristo.

Poco a poco la doctrina se fue desarrollando y adaptando a cada época de la vida de la iglesia. Se podría comparar al caminante que anda a oscuras por un camino. No necesita una linterna que ilumine en todo momento el camino completo. Simplemente le sirve con que pueda ver unos cuantos metros hacia delante y de vez en cuando echar un vistazo atrás para ver lo recorrido para saber que no se está equivocando de camino.

Y por supuesto contar con la brújula que es la Biblia. Con ella puede saber en todo momento si los pocos metros que tiene a la vista son parte del camino correcto o si se desviado más de lo conveniente para echar marcha atrás o rectificar el camino.

jueves, 14 de octubre de 2010

El ejemplo de Pedro.

Muy lejos de mi ánimo el aconsejar a los lectores de este blog el seguimiento de santos, beatos y demás seres humanos. Está más que claro que nuestro ejemplo y guía debe ser Cristo.

Pero me ha llamado la atención comparar los vaivenes que todos sufrimos en nuestra vida espiritual con los que en pocas líneas se describe acerca de Pedro.

Tenemos la suerte de que las oscilaciones que todos tenemos pasan desapercibidos para la mayoría de los mortales. Tan pronto estamos arriba, pensamos que estamos en perfecta comunión con Dios, que todo lo terrenal nos es superfluo, como pasamos al otro punto. Dudamos de todo, nos vemos acabados, sin esperanza y creyendo que estamos sumidos en el pecado sin esperanza y sin ninguna posibilidad de salvación.

Esos bruscos cambios están perfectamente reflejados en la vida de Pedro.

Podemos verlo en lo más alto de su vida espiritual cuando tras contemplar las trasfiguración del Señor.

Entonces todo es entusiasmo, alegría desbordada y actuar sin sentido. La propuesta de construir las enramadas es desatinada y fuera de lugar, aceptada con condescendencia por el Señor.

Más tarde vemos como Pedro rehúsa a Cristo cuando se halla apresado. Le niega tres veces y afirma no tener nada que ver con él.

Más tarde se arrepiente. Pedro está en el punto más bajo de su vida espiritual.

Pero es perdonado. El Espíritu Santo actúa en el momento conveniente y es restituido. También todos hemos pasado por ese estado.

Sirva esto para que cada uno sepa discernir cuando se halla en estos momentos y sepa mantener la calma, tanto cuando hay que contener el entusiasmo como cuando hay que moderar la desesperación.

No es algo tan difícil, ya que no depende de nosotros. Simplemente hay que tener la humildad y los reflejos necesarios para dejarnos caer en las manos de Cristo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Novedades.

Es sorprendente lo que puede llegar a lograr la alta diplomacia.

Durante buen tiempo he estado leyendo L'Osservatore Romano. Siempre me ha llamado la atención como el término "iglesia" sólo era referido a la iglesia apostólica romana y en ocasiones a la ortodoxa, pero jamás a las protestantes. Éstas sólo merecían el calificativo de comunidades, grupos, etc.

Pero con ocasión de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido han tenido que recoger el discurso de bienvenida de Isabel II y en su texto aparece por primera vez términos tan heréticos, novedosos y sorprendentes como Iglesia de Inglaterra e Iglesia de Escocia (así, en mayúsculas)

¿Será dicha inclusión síntoma de acercamiento, respeto momentaneo o simple errata?