“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

martes, 30 de diciembre de 2008

Lectura programada.


¿Cuántas veces has intentado leer sistemática la Biblia? Yo reconozco que más de una decena. De vez en cuando caen en mis manos folletos donde detalladamente se describen los textos que se pueden leer cada día de tal manera que en 365 días uno se ha leído la Palabra desde Génesis hasta Apocalipsis.

El problema es que muy a menudo sucede como cuando se intenta dejar el tabaco, ponerse a régimen o aprender un idioma: bastan unos pocos días para que todo se venga abajo.

A priori parece increible que no se pueda acometer la lectura de unas pocas páginas diarias, pero sucede que el día menos pensado no se puede cumplir el propósito, ya sea por tener demasiadas cosas en la cabeza, por ir dejándolo para el último momento o simplemente por pereza.

Y como sucede con los ejemplos antes mencionados, todo se viene abajo, y por fallar en un solo día, se echa a perder el esfuerzo de tantos días.

Por eso, y tal vez porque uno es de letras, recomiendo no ser tan matemáticos. Se trata de leer la Biblia entera, y no de que se haga en un año exacto.

Si un día se falla no pasa nada. Desde luego no recomiendo que al día siguiente se lea el doble, en ese caso se hará mal y con conciencia de culpa. Hay que tener en cuenta que se va a fallar en más días, y entonces la demora acumulada será insuperable.

Por tanto, lo mejor es seguir el orden marcado en esos folletos. Así se hace una lectura más amena combinando estilos, épocas y libros, pero si seguir tan a rajatabla las fechas. Eso sí, sin que eso se convierta en una excusa para ir dejando la lectura cada vez más a menudo.

Que se dé bien la lectura y sea de provecho.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Nada nuevo bajo el sol.


A lo largo de la historia cientos de personajes han intentado interpretar la Biblia de las formas más extravagantes y paranóicas que uno pueda imaginar con tal de acomodarla a sus doctrinas, cuando en realidad debería ser al revés.


Algo así sucedió con Basílides, un gnóstico del siglo II. Dado que no podía comprender cómo Dios, perfecta inmutabilidad y no suceptible a cambio alguno y menos aún a la muerte, se podía haber encarnado en Jesús. Sostuvo sin temblarle el pulso que quien murió realmente en la cruz no fue Cristo, sino Simón de Cirene. Cuando Simón ayudó a Cristo a llevar la cruz. Mc. 15:21, los romanos lo confundieron con Cristo, quien logró escapar mientras Simon era ejecutado.


Rocambolesca explicación que se acomoda a la versión musulmana actual de lo que allí sucedió y también de aquellos que actualmente tal ejecución les parece supérflua y prefieren ver a Cristo como un mero reformador social y hasta revolucionario, que al final aquello se le fue de las manos y fue reprimido por los imperialistas de la época.


¡Con lo fácil que es aceptar lo que la Biblia describe con toda claridad!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tentaciones.

Hay que reconocer, y está a la vista, que la sociedad en general tiene poco en cuenta la Biblia.

Puede ser que sean muchos los hogares que cuentan con una en sus vitrinas. Pero generalmente se trata de grandes mamotretos, incómodos, y que demuestran que se usa poco.

Pero hay otra serie de autores importantísimos que son más ignorados aún. Se trata de los padres de la iglesia. Hoy unos grandes desconocidos.

Leyendo algo de ellos he encontrado una auténtica perla sobre cómo debe afrontar el cristiana la existencia de la tentación.

Uno de ellos, no he conseguido averiguar quien en concreto, definió las tentaciones como pájaros que sobrevuelan nuestras cabezas. Nada podemos hacer para evitar que lo hagan. Ciertamente no se encuentran a nuestro alcance, pero lo que sí podemos evitar es que hagan un nido en nuestra cabeza.

Sencillamente genial. Te sugiero que hagas algo para poder leer algo de estos padres.