“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

jueves, 9 de enero de 2014

El Templo.


Han sido, son y serán muchos los que se obstinen en contradecir el cristianismo. Cientos de miles de litros de tinta se han empleado combatiéndole, y otros tantos defendiéndolo.  Y los resultados han sido de lo más variado.

Pero también han sido unos cuantos los que lo han intentado con otros medios. Juliano, el Apóstata, sobrino de Constantino el Grande, fue el último emperador pagano de Roma, y sentía una especial animadversión contra el cristianismo. A pesar de haber recibido una educación cristiana rechazó el cristianismo corrupto de su época favoreciendo el retorno del paganismo. Tal vez pudo influir en ello el que cristianos asesinaran a su padre y otros miembros de su familia. Hay cosas que no se pueden olvidar.

Seguramente fruto de esa primeriza educación cristiana, y por tanto el frecuentar las Escrituras judías y cristianas, se fijó especialmente en la profecía en la que Jesús anunció que del Templo no quedaría “piedra sobre piedra”. Algo que ocurriría cuando Roma destruyó Jerusalén en el año 70 d.C.  El general Tito puso tan especial empeño en ello que del fastuoso templo sólo dejó ruinas y el famoso muro que ha llegado hasta nuestros días, el Muro de las Lamentaciones.

Juliano dedujo que si el Templo era reconstruido, demostraría que Jesús era un falso profeta. Aunque hay que tener en cuenta que Cristo predijo que sería destruido y no dijo nada acerca de si sería reconstruido o no.

Pese a todo, y por mucho empeño que puso Juliano en convencer a los judíos pudientes de la conveniencia de comenzar las obras, no hay constancia de que estas comenzaran, y si fue así debieron abandonarse pronto, pues no queda vestigio alguno.

Juliano murió antes de cumplir dos años en el poder, y su proyecto murió con él. Aún así de vez en cuando surge el rumor de que en Israel se planea volver a reconstruir el famoso edificio, aunque esta vez se añade un obstáculo más, y además de lo más poderoso: Desde que fue destruido hasta ahora, ha surgido el Islam, y sus seguidores han tenido a bien construir en los terrenos que ocupaba el templo la mezquita llamada la Cúpula de la Roca, donde según los musulmanes partió Mahoma para encontrarse con Dios. Con lo cual difícilmente van a permitir expropiación alguna.

La reconstrucción fue factible en el siglo IV, pero la cicatería de los ricos pese a su anhelo de reconstruir el Templo no lo permitió, ahora ni todo el dinero del mundo parece que lo vaya a permitir. Es evidente que el sueño de Juliano el Apóstata va a tener que seguir esperando.