“Un cristiano es libre, dueño y señor de todas las cosas y no está sometido a nadie. Un cristiano es un esclavo sujeto a prestación personal en todas las cosas y está sometido a todos” Martín Lutero. 1520

domingo, 30 de noviembre de 2008

Amen.


Hoy en día la inmensa mayoría de las iglesias cristianas al finalizar sus servicios el ministro o sacerdote oficiante despide a los asistentes con un sonoro “Amén”. Tal vez es algo ingenuo y utópico por mi parte ya que soy consciente los ríos de tinta, y en ocasiones de sangre, que ha provocado hasta el más mínimo cambio en una liturgia, pero se podría establecer una vez al año una pequeña variación. Se trataría de que en ese Amén final simplemente se desplazara el acento un poco hacia la izquierda. Así se convertiría la despedida en un Amen.

Evidentemente hacerlo así, sin más, haría que prácticamente ningún creyente se apercibiera de ese cambio, pero al igual que antes del día del padre, de la madre, de los enamorados, de la paz, de la lucha contra el hambre, etc., etc., tienen cada uno su buena campaña previa para que ese día la sociedad esté bien preparada y consciente, así cada iglesia podría ir dando noticia de cómo se va acercando la jornada para que no se convierta en una pequeña modificación en la entonación del pastor o sacerdote.

No harían falta grandes dispendios por las iglesias. Solamente que el sermón de ese día versara sobre el amor, de tal manera que el creyente saliera de la iglesia ese día concienciado del mandato que le acaba de ser impuesto, mandato que no viene del ministro sino del mismo Jesucristo cuando dirigió aquellas palabras en el evangelio de Mateo: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”;

jueves, 20 de noviembre de 2008

Prórrogas.


A menudo podemos ver por las calles decenas de carteles que anuncian espectáculos musicales, circos, ferias, exposiciones, etc. Generalmente entre la información que aportan figura la fecha hasta la que dicho espectáculo estará abierto al público. En función de los días que faltan para su clausura los interesados pueden fijar cuando van a poder visitar el evento. Y a menudo sucede también que muchos van posponiendo la cita por otros compromisos o por pereza hasta que finalmente llega la fecha y se quedan sin disfrutar del evento. Y eso que frecuentemente sobre dichos carteles se van colocando otros más pequeños que advierten que la actuación se ha prorrogado hasta una fecha determinada.

El ser humano reacciona así en muchos ámbitos. En el más importante de ellos, la Palabra de Dios ya nos advierte, y cada día podemos ver que es cierto, que la vida tiene una fecha de caducidad ineludible.

Pero tendemos a ver ese plazo muy lejano y remoto, y sucede que a diferencia de esos carteles no sabemos la fecha exacta en que finaliza el “evento” y actuamos como si se estuviera prorrogando indefinidamente.
Lo cierto es que se nos pide simplemente que acudamos a Dios y confiemos en Él dentro del plazo. Ninguno podemos saber el tiempo que aún nos queda para hacer esa visita, pero el sentido común dice que cuanto antes se haga esa visita será mejor, y que todo ello será para nuestro bien, porque una vez que cumpla el plazo establecido para cada uno no habrá carteles con nuevas prórrogas y el tiempo se va acabando.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Dos puntos.

  • Cierto artista reputado pintó un cuadro que representaba una hermosa rosa. Dicho cuadro hacía acudir a multitud de visitantes por la verosimilitud de la flor. Pronto los críticos sostenían sin tapujos que dicha flor era más bella que las reales.
    Ante tanto despropósito, un también reputado científico pidió analizar ambas rosas para poder hacer una mejor comparación.
    Cuando el mismo público pudo ver la imagen ampliada mediante el microscopio de la rosa pintada, sólo pudo contemplar los hilos del lienzo, que parecían gruesas sogas y feas en extremo.
    Pero cuando se observó mediante el mismo método la rosa real comprobaron que la belleza persistía ya que se podían ver estructuras armónicas y simétricas. Era evidente que Dios había creado esa flor y que su gloria se manifestaba en lo evidente como en lo oculto.

  • En la entrada al servicio de urgencias de un hospital se puede ver un pequeño graffiti trazado con mano torpe y vacilante, que proclama: “Cristo salba”.
    El acompañante de un enfermo que acudía a dicho servicio exclamó burlón al leerla:
    -Eso hace daño a la vista. Se ve que el que escribió esto no lee mucho la Biblia.
    El enfermo con una lastimosa y dolorida sonrisa replicó:-Es que Dios escribe con renglones torcidos...y a veces con faltas de ortografía. Y recuerda que la letra mata, más el espíritu vivifica.